6 cosas que la Madre Teresa de Calcuta puede enseñar a una ama de casa

 
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Si algo debemos admirar de la Madre Teresa de Calcuta es su paciencia, amor y entrega en su trabajo. Era una persona que servía al prójimo con verdadero placer.

6 cosas que la Madre Teresa de Calcuta puede enseñar a una ama de casa

La espiritualidad de la Madre Teresa puede ser un instrumento para enseñarnos a saber vivir nuestra vocación y criar a nuestros hijos bien. He aquí lo que puede enseñarnos la Madre Teresa de Calcuta

1.- Aceptar lo que recibimos de la mano de Dios.

Los Biógrafos nos dicen que la Madre Teresa, cuyo nombre de nacimiento fue Agnes, admiraba mucho a Santa Teresita – la pequeña flor – y su “pequeño camino”, tanto que quiso tomar el nombre “Theresa” al consagrarse como hermana. Sin embargo, otra postulante también quiso ese nombre. Silenciosamente, sin mucho alboroto, Agnes tomó entonces la versión española del nombre (‘Teresa’), renunciando a la versión que ella quería inicialmente.

En esta simple acción y actitud, la Madre Teresa nos enseña a aceptar lo que la vida nos entrega con calmada determinación confiando en que Dios mismo guía todos los acontecimientos, grandes o pequeños.

2.- Hay santidad en hacer cosas pequeñas con mucho amor.

Con una sonrisa en su rostro ella limpiaba con cariño y cuidado las heridas infectadas y llenas de gusanos de un moribundo, ignorando el hedor y la urgencia humana de salir corriendo. Ella hizo esto una y otra vez todos los días, pequeñas cosas con mucho amor.

Cuando le amarro los cordones con paciencia a mi hijo o le limpio la nariz con cariño, estoy haciendo cosas pequeñas con mucho amor.

Cuando le sirvo su comida favorita a mi esposo que ha tenido un largo día en el trabajo con una sonrisa (aunque mi propio día haya estado lleno de niños poco dispuestos a colaborar o de pequeñas emergencias), estoy haciendo una pequeña cosa con mucho amor.

Cuando llevo a mis hijos enfermos hacia el baño para vomitar por tercera vez en la noche, y limpio nuevamente el piso junto con él con calmada resignación, estoy haciendo una pequeña cosa con mucho amor.

La vida está llena de estas oportunidades. La Madre Teresa nos enseña que este es el camino a la santidad.

3.- No preocuparnos por las tareas que tenemos enfrente.

Cuando vivía, ella no despertaba cada mañana ansiosa y estresada por el día que estaba comenzando y tendría que enfrentar. Ella no decía:

"¡Oh Dios! ¡Tengo tanto que hacer! Hay tantos pobres y no puedo con todo esto…"

Ella simplemente miraba la tarea que debía realizar, la enfrentaba, y continuaba con la siguiente. Deberíamos seguir este ejemplo en nuestro diario vivir.

4.- Es bueno descansar.

Biógrafos nos dicen que Madre Teresa tomaba siestas. ¿Les sorprende esto? Hubo un momento en el que pensé que era una señal de debilidad si me recostaba a descansar durante el día o si me iba temprano a la cama. Ahora veo cuán tonto era esto.

Si nuestros cuerpos son templos del Espíritu Santo, entonces cuidar de ellos es una responsabilidad seria. Además, sintiéndonos como nuevos, podemos alcanzar más objetivos.

5.- Que cada persona vale y tiene dignidad.

El molesto entrenador de fútbol, el vendedor impaciente de la tienda, el cartero malhumorado que no pasa por tu casa porque piensa que tu auto está estacionado muy cerca al buzón, estas personas fueron hechas a imagen y semejanza de Dios, tal como el sacerdote amigable de la parroquia o la dulce y amable abuela.

A veces sería más fácil amar a un mendigo moribundo en la calle que al vecino que le gruñe a mis hijos si ellos juegan con la pelota frente a su jardín. Las acciones de la Madre Teresa demostraban que debemos respetar a todo el mundo.

6.- Iniciar el día con una oración y planearlo de una manera ordenada.

La Madre Teresa de Calcuta tenía un horario. Cuando hacemos esto, priorizamos nuestras vidas hacia Dios y nos mantenemos enfocados. Los planes de Dios para mí son diferentes de los que Él tenía para la Madre Teresa. Lo más probable es que yo no atienda las heridas emocionales de la gente o que cuide de aquellos que han sido abatidos por enfermedades. Pero como madre, diariamente atiendo pequeñas heridas: una rodilla lastimada luego de un paseo en el parque, los sentimientos heridos de mis hijos luego de peleas con sus amiguitos, la fatiga de mi esposo luego de un día lleno de problemas en el trabajo y en la vida familiar.

Al recordar el ejemplo de Madre Teresa y al vivir la espiritualidad como ella lo demostró, puedo ser un instrumento de Dios, llevando paz y sanando heridas en mi pequeña parte del mundo.

Fuente: www.pildorasdefe.net
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