ontrolar y eliminar criaturas, a partir de dispararles a destajo bombas atómicas, biológicas, químicas, sicológicas, o todo tipo de otros proyectiles, sabiendo que existen muchas otras formas de alcanzarlo o de lograrlo, es una clara demostración de las descomposiciones neuronales que padecen unos seres sicópatas, quienes dirigen a las sociedades humanas directamente hacia las más oscuras profundidades de las instancias en las que se promueven terribles desapariciones, con las que están afectando precisamente a sus seres menores, observadores pasivos de lo que realizan con sus locuras los mayores.